Conozcan a Margarita, una madre esforzada, que con alegría y entusiasmo da o mejor por el bien de sus hijos y su comunidad.
En la comunidad de Chioya las familias culturalmente siembran maíz y frijol. Por la falta de conocimiento sobre buenas prácticas agrícolas, la dieta de las familias usualmente es solo de maíz y frijol, sin saber que hay otras fuentes de alimentos con un alto valor nutricional.
“Como familia buscábamos fuentes de ingresos para comprar maíz y frijol, y además necesitábamos otros ingresos para ir al puesto de salud, ya que mis hijos se enfermaban continuamente porque no tenían peso ni talla adecuados; no estaban creciendo bien. Durante la semana reducíamos las porciones de alimento. A veces nosotros como padres no comíamos algún tiempo de comida para darles de comer a nuestros hijos; inclusive en ocasiones, escaseaba una buena alimentación durante un año.”
En el año 2,005 iniciaron las acciones de Transformación Comunitaria Enfocada en la Niñez – CFCT, en la comunidad de Chioya.
“En el año 2,009 inicio el programa de agricultura, pero me integré al grupo hasta en 2013, donde inicié mi formación educativa agrícola hasta la actualidad. Desde que inicié en el grupo de agricultura, comencé a aprender mucho sobre: buenas prácticas agrícolas, establecimiento de huerto familiar, control de plagas de forma orgánica, prácticas culinarias y siembra escalonada.
“Ahora con mi familia disponemos de un huerto familiar donde hemos cosechado: Cilantro, rábano, acelga y zanahorias, que han sido para el consumo de mi familia, y hasta hemos tenido excedentes para venderlo y generar otros ingresos para adquirir otros alimentos como atol y leche para diversificar la dieta de mis hijos.”
Actualmente las 56 familias que participamos en el grupo de agricultura contamos con un huerto familiar, donde FH nos ha apoyado con asesoría e insumos de abono orgánico y semillas para lograr obtener nuestras cosechas de: cilantro, rábano, acelga y zanahoria, que se producen de forma orgánica y libre de pesticidas. Ahora las familias de mi comunidad ven y reconocen la importancia del huerto familiar para la alimentación de la familia y en especial la de sus hijos menores de 5 años.
Quiero contarles que mis hijos ya no se enferman constantemente. Les gusta ver cómo crecen las hortalizas en nuestro huerto, son felices cuando se cosechan y las consumen.
Quiero agradecer en primer lugar a Dios por la vida y a Fundación Contra el Hambre que nos ha enseñado demasiado, nos ha apoyado con asesoría, abono y semillas. Puedo ver la importancia de tener un huerto familiar para disponer de alimentos con un alto valor nutricional y así mis hijos crezcan sanamente en talla y peso.
Ahora quiero continuar con el huerto familiar y trabajar duro para ampliarlo. Planeo tener más cosecha para poder tener excedentes y vender a mis vecinos, así podremos iniciar con un ahorro familiar para la educación de mis hijos, y así puedan ser profesionales en el futuro.
Comunidad de Chioya, Alta Verapaz
15 Ave. 12-67 Zona 13, Ciudad de Guatemala
Tel. 23122200 |
guatemala@fh.org
Creemos que cuando una comunidad está equipada para cuidar a sus miembros más vulnerables, todos son cuidados y se elimina la pobreza. Por eso que buscamos desarrollar comunidades – enfocándonos en los niños. Uno de los indicadores más importantes de que las familias, las iglesias y los líderes comunitarios están haciendo un buen trabajo, se ve reflejado en el bienestar de sus niños. Cuando equipamos a las comunidades con las herramientas y los recursos que necesitan para cuidar a sus propios hijos, las capacitamos para que inviertan en su propio desarrollo.
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