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La mitad de la niñez en Guatemala menores de 5 años sufre desnutrición crónica, marcando sus vidas para siempre. Miles de familias sufren de hambre, más allá de la falta de alimentos tienen hambre de un mejor futuro, de recursos, hambre de oportunidades, opciones y desarrollo.
En Food for the Hungry Guatemala servimos en lugares dificiles, a comunidades que enfrentan dificultades por la pobreza, la injusticia y la marginación.
Creemos que cuando las personas están equipadas para cuidar a los más vulnerables en sus familias y comunidades, la vida de todos es transformada. Por eso en Food for the Hungry Guatemala trabajamos activamente junto a líderes comunitarios y familias en 215 comunidades en Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz, para aliviar los diferentes tipos de pobreza.
Como Food for the Hungry Guatemala estamos agradecidos de ser invitados en las comunidades donde servimos y en las que nos asociamos con líderes locales en soluciones transformadoras, que pueden ser sostenidas por las mismas comunidades.
A través de tu patrocinio, Food for the Hungry Guatemala podrá ayudar a toda su comunidad proporcionando alimentos, capacitaciones culinarias y pecuarias, una mejor educación, agua limpia y ayuda en tiempos de crisis.
Creemos que cuando una comunidad está equipada para cuidar a sus miembros más vulnerables, todos son cuidados y se elimina la pobreza. Por eso que buscamos desarrollar comunidades – enfocándonos en los niños. Uno de los indicadores más importantes de que las familias, las iglesias y los líderes comunitarios están haciendo un buen trabajo, se ve reflejado en el bienestar de sus niños. Cuando equipamos a las comunidades con las herramientas y los recursos que necesitan para cuidar a sus propios hijos, las capacitamos para que inviertan en su propio desarrollo.
Creemos en la lucha contra la pobreza extrema en las comunidades más vulnerables del mundo, por lo que elegimos ir a los lugares más difíciles. Buscamos intencionalmente comunidades a las que es geográficamente difícil llegar, que carecen de una infraestructura adecuada para el desarrollo de la comunidad y que viven desastres naturales, enfermedades y violencia. Buscamos con valentía a los desatendidos y abogamos por los vulnerables. Estamos llamados a ir más lejos. Estamos llamados a los lugares difíciles.
Estamos orgullosos de las comunidades en las que trabajamos, pero más que eso, estamos orgullosos de las que salimos. Estas son las comunidades donde la pobreza extrema ya no tiene un lugar en la mesa. Ahora son auto sostenibles y viven el propósito de Dios para sus vidas. Han trabajado duro para lograr sus metas, y estamos encantados de haber hecho nuestra parte. Celebramos con ellos y luego buscamos intencionalmente la siguiente comunidad que sufre bajo el peso de la pobreza.
