Con los huertos familiares se busca incrementar el acceso, disponibilidad y consumo de alimentos que fortalecen el estado
nutricional de las familias beneficiadas. Para esto, se entrena a los beneficiarios en la implementación, manejo y cultivo de
hortalizas como: acelga, espinaca, zanahoria, rábanos, cilantro, remolacha, brócoli y repollo; todo bajo un enfoque de agricultura orgánica. También se forma capacidad técnica en las comunidades mediante entrenamientos a promotores
agrícolas voluntarios. Y para aumentar el consumo de los productos de los huertos se realizan prácticas culinarias y de higiene
en la manipulación y preparación de alimentos que posteriormente replican en sus hogares.

Para esta estrategia se arman grupos de aproximadamente 10 beneficiarios; los cuales en su mayoría son madres con niños
menores de 5 años y cuentan con un espacio disponible para el establecimiento de un huerto. Cada grupo cuenta con 1
promotor comunitario; el cual realiza visitas de seguimiento y replican las capacitaciones recibidas por los facilitadores de
agricultura con sus grupos de agricultura.